De mediados del siglo XX, “La jardinera” se convertiría en una de las tonadas clásicas del repertorio popular chileno. A través del tema de la pena amorosa, Violeta Parra nos entrega en ella una nueva dosis de esa melancolía tan abundante en nuestra música, tan propia del buen chileno, tan buscada y querida por tantos.
Apropiándose de uno de los más recordados juegos de la infancia, el “me quiere mucho, poquito o nada” –quizás el primero que aprendemos sobre el amor–, “La jardinera” da cuenta de esa sensibilidad de Violeta Parra para conectar mundos diferentes: el mundo de la naturaleza con el mundo humano, el mundo rural con el mundo urbano, lo terrenal con lo celestial. Con esa aparente simpleza de las grandes obras de arte, esta canción nos habla tanto del cultivo de la tierra como del cultivo del alma; serán la entrega, el cuidado de otros, el amor, las recetas –no por viejas menos verdaderas– para la pena.
Manivela.