La ardilla, nada tonta, busca un escondite seguro para guardar su comida (una hermosa nuez), lo cual no es fácil. Sin embargo, después de mucho buscar, lo encuentra; claro, como no lo logró tan rápido y le dio hambre, el escondite también le sirvió de comedor.
Editorial: Fondo de Cultura Económica
Formato: Cartoné