Hay muchas formas de encender a un dragón que no consigue hacer fuego. Puedes sacudirlo, zamarrearlo, aplastarlo, hacerle cosquillas, hablarle todo el día de fuego, de llamas, y hasta pegarle unas llamitas de papel en la nariz, por si acaso. Pero nada, NADA, enciende el fuego interior como un buen BESO.
Editorial: Libros del Zorro rojo
Formato: Tapa blanda
Páginas: 32