Érase dos veces una niña llamada Caperucita. Una Caperucita que, en esta ocasión, no temerá a ningún lobo, no se asustará de unos grandes dientes y tomará sus propias decisiones. Esta versión del cuento comienza igual que la original, con Caperucita yendo a visitar a su abuelita. Pero, en esta ocasión, la historia la llevará por un camino distinto, donde nadie se come a nadie y las cosas no son lo que parecen. Es una niña respetuosa con el medio ambiente y con los animales que lo habitan. Toma sus propias decisiones y no actúa por miedo, si no por responsabilidad.