Érase dos veces dos cerditos y una cerdita. Y un lobo que, en esta ocasión, no soplará, soplará… pero unos cuantos prejuicios derribará. En nuestra versión el lobo, lejos de querer hacer daño a los cerditos, quiere avisarles de lo fuerte que sopla el viento en el bosque. Pero ellos, aterrorizados, huyen siempre despavoridos y no le dejan explicarse. Perfecto para trabajar los prejuicios y los estereotipos de género.