A Leo le encanta disfrazarse. De pirata, de superhéroe, de caballero… También le gusta ponerse una falda morada, pero el día en que decidió salir a la calle con ella, una señora mayor pensó que Leo era una niña y él se enfadó mucho. ¿No puede un niño jugar y ponerse una falda? Hace años, a las niñas no les dejaban ponerse pantalones, a lo mejor esto es lo mismo… Una reflexión sobre las tradiciones que nos hace pensar ¿por qué no podemos vestir como cada uno quiere?
Libro ganador de la VII edición del Premio de la Literatura Infantil (Narrating Equality, International Children´s Book Awards)
Editorial: Nubeocho
Formato: Tapa dura
Páginas: 36