El lobo soñaba con comerse una ovejita. Y justo tocó la puerta una ovejita que venía muerta de frío. –No puedo comerme una ovejita tan helada, pensó el viejo lobo. Cuando vio que la ovejita tenía hambre pensó: –No puedo comerme una ovejita a la que le suenan las tripas. Y a la ovejita le dio hipo. –No puedo comerme una ovejita que tiene hipo. Entonces la tomó en brazos y...
Una entrañable historia de amistad. Éxito mundial de ventas.
Editorial: Beascoa
Formato: Tapa dura (Cartoné)
Páginas: 24