Los gatos de Copenhague es el resultado de una carta que James Joyce le envió a su único nieto Stephen, en 1936. Amante de los felinos, Joyce no logra entender la ausencia de maulladores en la capital de Dinamarca. Es entonces que le escribe a su nieto para contarle como todo sería más simple en esa ciudad, si los gatos pudieran habitarla.
Pehuen