La jirafa Gilda está descontenta porque no le gustan sus manchas. Menos aún que le digan “Manchitas”. Y aunque sus amistades tratan de hacerle ver las muchas virtudes que tiene, ella no escucha a nadie. Solo ve defectos en su cuerpo. Por eso, tozuda como ella sola, y cansada de gastar dinero en cremas que no sirven, decide ir a la consulta de un especialista para que le quite las manchas.
Editorial SM